una tarde de tempestad y tormenta
desde aquel último día de mi salida en que te vi, por última vez y no me di cuenta
de que no te volvería a ver, y esto créeme es muy duro para mí, mi profesor mi poeta.
Esta tarde yo te fui a buscar, esperando que al encontrarte te fuese a hablar
mi hija quería conocerte pues más que profesor fuiste mi amigo y nada más
hoy lágrimas pasearán pues tu muerte fui a encontrar
te extraño pero aún así tu en mis recuerdos estarás.
Esas clases matinales, tus clases de sabiduría y aconsejar,
esas clases que me dabas no las olvidaré jamás
como pasa la vida, no te das cuenta ¿verdad?
es como poesía que viene y se va.
Pero sé que allí donde tu estés leerás este poema para siempre seguir
y sé que orgulloso te vas a sentir de tus alumnos y sobretodo de mí
este homenaje a ti,
tu serás siempre mi maestro y amigo infinito, y yo por siempre seré tu aprendiz.
D .Paulino González Jiménez nació en 1932 en la Puebla de los Infantes provincia de Sevilla y murió en el año 2010.Fué Profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla,docente en el Colegio nacional Ntra Sra de la Paz,donde recibí sus clases de plástica (arte ).
Nació ,vivió aquí gran parte de su vida, ( La Puebla de los Infantes) ha ejercido aquí la docencia y se
ha inspirado aquí para la creación de la mayoría de sus poemas.
Su biografía es sencilla, intensa y muy variada como corresponde a una persona de su valía humana, ya que a sus creaciones literarias hay que sumar las pictóricas y las investigadoras.
(Don Paulino,en el centro )
Estudia, primero, Magisterio por enseñanza libre y, posteriormente, Filosofía y Letras en la Universidad Hispalense.Su obra literaria la componen, entre otras, las siguientes:
- ¿Qué quieres ser? Premio “Prima Luce” 1968.
- Alrededor de mí. Accesit al mismo Premio “Prima Luce” 1967.
- Voz del pueblo (Antología de Sevillanas) Sevilla 1991.
- Copla a copla.
- Pretérito imperfecto. Poesía. Sevilla 2003.
- Los papeles perdidos de Isaac del Vando.
Y muchas obras más...
A continuación presentaremos una amplia muestra de sus “Sonetos”, del “Callejero virtual”, de las “Estampas de la Fuente de Vanduro”, del romance “Virgen de las Huertas, toros!” y de algunas de sus muchas y variadas sevillanas que serán recitadas o cantadas por muchas personas o agrupaciones, que han querido sumarse a este acto-homenaje a Paulino González.
Virgen de las Huertas
Sus composiciones poéticas rezuman por todas partes vivos recuerdos y hondas añoranzas de su vida puebleña, acompañadas siempre de una cierta nostalgia, que se la ofrece la memoria de un pasado, nunca terminado del todo, sino imperfecto.
¿Qué diremos, pues, de sus versos? Más que haciendo lucubraciones literarias sobre la naturaleza de los mismos, dejemos al mismo autor que la defina y aclare:
“Mis versos son tan sólo tretas, trampas (…) para encontrarme yo frente a mí mismo”
“Mis versos no son versos, sino insomnios, preguntas, desencantos, puzzles, sornas, crucigramas, azares, laberintos y juegos de palabras perdidas en recuerdos y en olvidos”.
Bien, señoras y señores, disfrutemos de la belleza de estos poemas y sevillanas, escuchándolos atentamente y, por favor, disculpen, los posibles fallos que podamos tener.
Paulino, sabemos que es una gran osadía querer interpretar, siquiera en una mínima parte, las ideas, sentimientos y emociones que te inspiraron en su día la creación de estos poemas, pero lo que sí podemos asegurarte es que vamos a expresar esta noche los sentimientos y emociones que suscitan en nosotros la lectura, recitado o canto de esos mismos poemas.
No sólo engrandeció el género se las sevillanas con letras monumentales, sino que fue uno de los grandes poetas contemporáneos de finales del siglo XX y principios del actual. Un grande de la literatura, al que desde aquí queremos recordar y agradecer su gran aportación al mundo de las sevillanas.
Descanse en Paz.
Queremos ofrecerles dos textos publicados en estas fechas que recuerdan al poeta de La Puebla de los Infantes, escritos de Manuel Jiménez Márquez y Antonio Burgos, ambos aparecidos en el diario ABC de Sevilla:
UN POETA DE LA PUEBLA DE LOS INFANTES
Si se calla el poeta se callan los campos, tiembla el amor, se empaña la belleza, se adormece la vida...
En La Puebla ha muerto un poeta sencillo pero grandioso. Lo enterramos el pasado Domingo bajo una lluvia fuerte acompañada de luces y truenos.
Solo unos pocos familiares y algunos amigos, bajo los paraguas. Se rezó un Padrenuestro.
Silencio.
El palaustre en golpes secos cortaba el ladrillo adecuándolo a cada hueco del tapiado.
De vez en cuando, algunos miembros de la Asociación Cultural "Soñando caminos", leía uno de sus sonetos dedicados al pueblo y a la Virgen de las Huertas. Sonaban aquí y allá, lentos, sentidos... En muchos de los presentes resbalaban, silenciosas y cálidas, algunas lágrimas...
Silencio.
La lluvia arreciaba. Nadie se movía. Sonaba otro soneto.
Los golpes cesaron y en la oscuridad, de la tumba, quedó el cuerpo del poeta amigo solo, desposeído de alma y de poesía. Adiós Paulino... amigo...
Amainó la lluvia. Los montes comenzaron a brillar con unos indecisos rayos de sol que se filtraban entre las nubes amenazantes... Cantó un mirlo en un ciprés.
A partir de hoy, y durante toda esta semana, el espíritu de Paulino González sonará en sus sevillanas en todo el Real de la Feria, en revoleras de color de alegría y de vida. "Si me enamoro algún día me desenamoraré, para tener la alegría de enamorarme otra vez", dice el estribillo de una de las cerca del centenar de letras de sevillanas que tiene escritas y publicadas en "Voz del Pueblo" (Antología de Sevillanas).
Posee muchas sevillanas de oro y varios premios. Aunque, para mí, las más valiosas joyas de Paulino son los sonetos. Sonetos íntimos, sonetos líricos, sonetos entrañables y bellísimos. "Pretérito Imperfecto", "Tren de Lejanías". Recreación histórica: "Fuente de Vanduro", "Callejero Virtual", "Estampas de la Fuente de Vanduro"... Como buen creyente y buena persona, que Dios lo haya acogido en su Gloria.
Descansa en su Paz, amigo.
Manuel Jiménez Márquez
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AMAPOLAS PARA MARTIN Y PAULINO
En esta civilización urbana donde estamos no instalados, sino repachingados, muchos se creen que el campo es lo que se recalifica para levantar bloques de pisos, casitas adosadas o polígonos industriales. Otros creen que el campo es una cosa donde hay catetos y PER, y haciendas que están lejísimos y donde dan los convites de las bodas. Otros están convencidos de que el campo es lo que está a los lados de la autopista o tras la ventanilla del Ave.
Acodado allí, en la ventanilla del tren, viniendo de Madrid, al contemplar las amapolas pensé lo lejos que nos cae el campo, lo olvidado que lo tenemos, lo que nos perdemos de belleza en sus colores, en sus sonidos, en sus silencios, en sus chicharras de la siesta, en sus pájaros del arborear, en sus soles del atardecer, en el frescor del agua en sus regajos, en su olor a tierra mojada tras la lluvia, olor a
Creación recién salida del horno, que parece que Dios ha dado de mano tras rematar la faena de esta belleza.
En estas tardes de novena del Rocío de Triana, el campo se le mete a Sevilla por los cielos, en forma de cohetes anunciadores al otro lado del río. Se escuchan en la novillada y El Arenal suena a pueblo. A campo. En esta tarde de mayo con coheterío trianero me acuerdo del campo que vi hace unos días, esplendoroso, con la jara florecida en los barrancos, con los lirios peregrinos recorriendo caminos y trochas.
Y con las amapolas.
Como somos de ciudad y no de campo, unimos la idea de la primavera a los naranjos en flor, al azahar con tambores y cornetas, pero nunca a las amapolas chorreando su belleza, el rojo de su traje de torear primaveras entre los trigales o la avena bravía.
Venía acodado en la ventanilla del tren, mirando, oh Dios, la belleza de las amapolas, su roja marea de
hermosura entre el verdor, y pensé los escasos poemas que les han dedicado. Si acaso, una vieja canción, mas a una mujer con ese nombre, «Amapola, lindísima Amapola», que escribió José María Lacalle, compositor gaditano que emigró a Cuba y Estados Unidos, y que fue gente en Hollywood y en Broadway. Pensé en los versos de Rafael de León a los que le puso música Manuel Pareja-Obregón: «La historia de una amapola/que escapó de entre los trigos...» Miro las amapolas entre los trigos y se me escapan a la memoria de dos poetas populares que se fueron, de dos letristas de sevillanas que no verán, ay, el esplendor de esta primavera de coplas y cohetes. Y tomo una amapola y se la dedico a la memoria de Martín Vega Sanz, el de La Puebla del Río, con quien, como era maestro, Los Romeros aprendieron las primeras letras: «Arrecoge la vela del bote/que el viento ya se fue,/y tú no dejes de bogar/que el puerto ya se ve./En el puerto está/ la noche, el día y el amor:/recuerdos del ayer/que el aire se llevó.»
Y tomo otra amapola, y con ella me vienen los versos de otro letrista de otra Puebla, de otro poeta que, ay, tampoco verá florecer esta primavera: de Paulino González, el de La Puebla de los Infantes. Una amapola es ahora su verso inmortal de los dos amores: «María es mi sinvivir,/por ella muero,/Dolores muere por mí,/yo no la quiero./Son la noche y el día/mis dos amores, mis dos amores,/el amor de María/y el de Dolores.» Y tomo otra amapola de la memoria y me suena el desamor de Paulino: «El amor es un viento/que igual viene que va/si se muere y al momento/vuelve a resucitar./Si me enamoro algún día/me desenamoraré, me desenamoraré/para tener la alegría/de enamorarme otra vez». Y la amapola que Dios creó vuelve a El cuando suena en la voz de Paulino González: «Que Dios es una verdad/y en Dios tengo que creer/porque lo he visto pasar/cuando pasa el Gran Poder».
Los versos populares son las amapolas de nuestra poesía. Vayan por vuestra memoria, Martín y Paulino, estas bellas amapolas vuestras del hermosísimo campo andaluz de la poesía.
Antonio Burgos
OTRAS MUCHAS DE SUS SEVILLANAS FAMOSAS SON:
En el mundo de la "sevillanas" dejó su genialidad y añadió al gran cancionero de estas antiguas seguidillas sus bellas historias por el río de los adentros. Eran historias mínimas, bordadas con primor en íntimos cuadernos en los que la aguja de su pluma revivió amores, despertó celos..., eran coplas redivivas, recién frescas y jugosas que llevaron en sus labios Los del Río, Los Romeros de la Puebla, Los Rocieros, Amigos de Gines, Peregil..., todos se disputaban sus letras: "Eres mi cruz", "Mis dos amores"; "Carta a Manuela", "El dolor del amor", "El desamor", "Almonteño José", "Carmen la de Triana", "Más de cuatro veces", "Oles y palmas", "Cuatro puentes", "Vamos a beber", "¿Dónde están las llaves?", "Que Sevilla no se muere"...
Querido Maestro,como ya estás con Dios en los cielos,El,te habrá hecho comprender,el porqué no pude buscarte a fondo cuando aún vivías,e incluso el porqué no te acompañé en tu último viaje,el cual supe por internet.Pero aún así,como te he puesto en el in-memoriam dedicado a ti,jamás te olvidaré mientras viva.
parte de fuente :http://porsevillanas.blogspot.com/2010/05/recuerdo-paulino-gonzalez-jimenez.html
http://desdemitorrecobalto.blogspot.com/2010/04/paulino-gonzalez-jimenez-otro-amigo-que.html
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